viernes, 28 de marzo de 2008

Todos somos de pueblo



Las políticas activas de empleo, impulsadas a principios de los años 90 por el Instituto Nacional de Empleo, y consolidadas y transferidas después a casi todas las comunidades autónomas, siguen siendo la fórmula mejor para dinamizar el mercado de trabajo.

Pero nos queda seguir insistiendo en otro aspecto crucial si queremos desplegarlas con mayor eficacia. Me refiero a la necesidad de abordar de una vez por todas la famosa “segunda descentralización”. Y debería de hacerse ya en materia de Empleo y Desarrollo Local, que es lo que a nosotros como profesionales nos interesa.

Motivos estratégicos sobran: “hacia lo global, desde lo local” se pregona desde las instituciones europeas. Pero además, las entidades locales necesitan estar en posesión de medios suficientes para dinamizar su territorio, su propia realidad socioeconómica y cultural. Y hoy por hoy no es así, sino que cada año los ayuntamientos tienen que destinar presupuestos propios para ofrecer a sus ciudadanos servicios ajenos, los que el resto de Administraciones son incapaces de proporcionar.

Todo parecen dificultades. Es cierto que la estructura territorial de cada estado miembro de la Unión Europea tiene unas particularidades propias (el papel de las entidades locales en otros países europeos es indiscutible). Y no es menos cierto, que transferir competencias se confunde con dar poder a los alcaldes. En España, además, parece muy difícil conseguir esa segunda descentralización, cuando llevamos más de 30 años intentando resolver la “primera”.

Empecemos por reconocer el importante papel que asume la FEMP para lograr estos objetivos. Desde el colectivo de profesionales del empleo y el desarrollo local debemos apoyar en todo momento la labor de esta institución.

Otra baza importante a utilizar es la de algunos/as alcaldes y alcaldesas que han sido elegidos/as o designados/as para ocupar escaños en el Parlamento. Esperemos que cumplan con su trabajo, que para eso les pagamos.

El origen de la Democracia está en las ciudades. En España la Transición a la Democracia de los años 70 otorgó a las regiones históricas un poder merecido, pero no tanto como el que se podían merecer y se merecen muchas ciudades y pueblos.

En la foto tenéis la Brañosera, un precioso pueblo de la montaña palentina que aconsejo visitar, por su belleza y por ser el primer ayuntamiento de España, desde el año 824, más o menos la misma época en la que gobernó el primer Rey de Navarra, Iñigo Arista.
Salud

martes, 25 de marzo de 2008

El ministro activo

Como habréis podido adivinar, en este blog no se va a hablar de café ni de constelaciones, sino de Empleo y Desarrollo Local, así como de los/as profesionales que llevan a cabo proyectos que fomentan el empleo y el desarrollo sostenible en pueblos y ciudades.

En cuanto al nombre del blog, simplemente son dos palabras bonitas.
* * *
Se dice que el Estado español tiene superávit. Ganamos más de lo que gastamos. Se puede invertir el excedente en infraestructuras públicas, en aumentar la oferta pública de empleo, en repartir una parte entre los contribuyentes (creo que tocamos a 400 € por barba),... Pero también hay otras formas.

Se oye por ahí que los cursos de Formación Ocupacional para desempleados van a ir acompañados por una “paguita”, que podrá ser hasta de 1.000 euros. Los más viejos del lugar se acordarán de en qué se convirtió en su día esta formación subvencionada.

No me parece una buena medida.

Me gustaría aprovechar el momento para invitaros, compañeras y compañeros del Empleo y el Desarrollo Local, a echar la vista atrás, casi a nuestros orígenes.


Allá a finales de los años 90, un señor llamado Manuel Pimentel, como Secretario General de Empleo primero y luego como Ministro de Trabajo, fue de los primeros que apostó claramente por las llamadas “políticas activas de empleo”. Pero no sólo porque se lo creyera, también porque había que bailar al ritmo que empezaba a marcar seriamente la Unión Europea.

A continuación transcribo un extracto de un artículo aparecido en el periódico El Mundo, de 2 de octubre de 1998, donde Manuel Pimentel, de una forma muy clarita nos aclara lo que son y deben de ser las “políticas activas de empleo” (la negrita es mía):

La apuesta por el empleo
El Mundo (2/10/98)


En el debate sobre el empleo, cada día hay más unanimidad en torno a la bondad de las políticas activas de empleo. En la Cumbre de Luxemburgo se acordó la conveniencia de ir sustituyendo las políticas pasivas por políticas activas. Ahora bien, ¿qué son las políticas activas de empleo? En general, podemos simplificar diciendo que son políticas activas aquellas que incrementan la empleabilidad de una persona, bien a través de la formación, la incentivación, la orientación o la experiencia en un puesto de trabajo. Supone una actitud de la persona desempleada hacia la búsqueda de empleo, que se facilita a través de los instrumentos de empleabilidad.

Las llamadas políticas pasivas de empleo son las rentas sustitutorias de las salariales cuando una persona pierde su puesto de trabajo, como las prestaciones por desempleo y los subsidios. El mantenimiento de estas políticas es absolutamente necesario dentro de un Estado social, aunque se vaya otorgando mayor protagonismo a las políticas activas.

¿Qué tipos de políticas activas existen? Un primer grupo persigue la consecución de un buen sistema de intermediación entre oferta y demanda de empleo. Es decir, un sistema que intermedie eficazmente entre la empresa que busca el trabajador más adecuado para cubrir un puesto de trabajo vacante y el demandante que busca el empleo más acorde con sus requerimientos personales.

Esta labor la realiza el Instituto Nacional de Empleo (INEM), los servicios públicos de empleo de las comunidades autónomas que gestionan las políticas activas de empleo y las agencias de colocación sin ánimo de lucro.

(...)

Un segundo grupo incluye las acciones destinadas a informar, orientar y asesorar a los demandantes de empleo. Ambas acciones pueden ser personalizadas o recibirse en grupo, en función de las necesidades que presenten los demandantes de empleo. El asesoramiento se realiza de forma individual y tiene por objeto ayudar al desempleado a constituirse como trabajador autónomo o a formar una empresa.

Gran parte de estas acciones se han realizado a través de los Servicios Integrados para el Empleo (SIPES). Esto nace como consecuencia de un convenio firmado entre una corporación local (Ayuntamiento) y el INEM. (...)

Un tercer grupo abarca aquellas acciones que tienen por objeto facilitar formación profesional. Esta puede ir dirigida a los demandantes de empleo que por edad u otra razón carecen de ella y también a mejorar la formación y avanzar en la cualificación profesional de los demandantes en su conjunto.

Estas acciones de formación van destinadas a desempleados, en cuyo caso la formación se gestiona por el INEM o por las comunidades autónomas que han asumido ya la gestión en esta materia.

Quienes ya disponen de un puesto de trabajo pueden recibir igualmente formación para mejorar sus cualificaciones profesionales. En este caso, la formación se gestiona mediante una fundación (FORCEM), constituida por los agentes sociales, si bien los recursos empleados se obtienen del Presupuesto del INEM.

(...)

Un cuarto grupo lo constituyen las políticas activas que tienen por objeto facilitar simultáneamente la formación y práctica profesional de desempleados jóvenes. Esta finalidad la cumplen las Escuelas Taller y Casas de Oficio.

Mediante este programa, los jóvenes aprenden un oficio trabajando en obras y servicios de interés general y social, rehabilitando monumentos histórico-artísticos, entornos urbanos, jardines, parques, espacios naturales y caminos históricos, recibiendo un salario por el trabajo realizado. (...) En el próximo año se pondrá en marcha el programa Talleres de Empleo que, con similares características, se dirigirá a desempleados mayores.

Un quinto grupo estaría constituido por el conjunto de programas que tienen por objeto facilitar la práctica profesional de los desempleados. Uno de los elementos más importantes para encontrar empleo es haber trabajado recientemente. Quien no lo ha hecho puede caer en el círculo vicioso de no ser contratado por no tener experiencia laboral y no tener experiencia laboral por no haber sido contratado. Por ello, el INEM subvenciona planes de contratación temporal de desempleados en obras y servicios de interés general y social, por las administraciones públicas, corporaciones locales y entidades sin ánimo de lucro. Al tratarse de contrataciones laborales, los desempleados que participan en dichos programas reciben el salario que corresponda, de acuerdo con el convenio colectivo en vigor. (...)

Un sexto grupo sería el conjunto de medidas que tienen por objeto incentivar la creación de empresas o ayudar a los trabajadores a constituirse en trabajadores autónomos.

Existe todo un abanico de ayudas que van desde subvencionar a las corporaciones locales, las contrataciones de agentes de desarrollo local, cuyo principal cometido es propiciar e impulsar la creación de empresas, detectando recursos ociosos en la zona geográfica de actuación, hasta ayudas directas a los promotores de iniciativas locales de empleo, tales como subvenciones financieras, subvenciones por asistencia técnica y tutoría para poner en marcha el negocio o apoyar las primeras etapas del mismo, y subvenciones por contratación indefinida y creación de empleo.

(...)

También existe un grupo de medidas de incentivación a la creación de empleo que se apoya en la bonificación de cuotas a la Seguridad Social.

(...)

La experiencia avala las políticas activas. En el pasado año, más del 60% de los alumnos que realizaron un curso de formación profesional ocupacional -o fueron alumnos de una Escuela Taller- encontraron empleo en el plazo de un año.

El Reino de España se compromete en su Plan Nacional de Empleo a incrementar la participación de las políticas activas en el conjunto de las políticas de empleo.

Si esta participación era del 10% en 1993, para 1998 será del 26% y nuestro compromiso es alcanzar en próximos años el 30%. Con esta participación, está previsto realizar cerca de un millón de acciones de empleo para 1998.

En los Presupuestos para 1999 se vuelve a apostar con intensidad por el incremento de los programas activos, elemento clave en la política de empleo.

Manuel Pimentel es secretario general de Empleo



También se oye por ahí que se tiene pensado contratar a 1.500 orientadores/as laborales para las oficinas de empleo. Bueno, éso ya es otra cosa.
Salud

miércoles, 19 de marzo de 2008

¡Vaya nombre para un blog!



¿El nombre de tu profesión es una sigla?
¿Identificas esa sigla entre las letras del título de este blog?
¿Utilizas a menudo la expresión "reconocimiento profesional"?
...
Si has respondido afirmativamente a la mayoría de esas preguntas, enhorabuena y bienvenido, porque significa que intuyes de lo que vamos a hablar aquí.
A partir de ahora estás invitado a manifestarte.

Salud